La preparación se las trae; botella colgada cual gotero, ensaladera llena de agua a modo de piscina, fondo de papel estraza azul, cámara en trípode convenientemente colocada y flash en mano preparado para dispararlo manualmente cuando la gota impacte en la "piscina", velocidad unos segundos, enfoque manual establecido previamente con un “palito” y a intentar sincronizar el asunto.
Empezamos con problemas de reflejos que fuimos solucionando atenuando casi totalmente la luz ambiental y después de unos cuantos intentos fallidos y a medida que aprendíamos a disparar el flash al estilo western, empezamos a capturar algunas imágenes con el resultado que podéis ver.
Lo mejor el par de horas de trabajo con mis dos amigos y las cañas que nos tomarnos a continuación :-)